Han pasado ya más de 400 años desde que viera la luz la primera edición de la joya de la literatura Castellana, El Ingeniosos Hidalgo Don Quijote de la Mancha, escrito por Miguel de Cervantes. Para aquellos que vivan bajo una piedra, o que hiciera novillos en la escuela esa semana, o que no vean la tele; el Quijote narra las aventuras (y desventuras) de Alonso Quijano, y su fiel escudero Sancho Panza, en una lucha sin cuartel, ficticia, que viene provocada por una excesiva lectura de novelas caballerescas, y cuyo enloquecimiento le llevará a las mas cómicas aventuras.
Pero no es para hablar de literatura por lo que acudía hoy al blog. El Quijote se desarrolla en La Mancha, tierra de castillos y de molinos, los cuales Don Alonso confunde en su locura con gigantes, ay, si Don Alonso levantara cabeza, y viera en que se han convertido los pastos, en ingentes campos Eólicos, dominados por colosales torres de generación eléctrica, coronadas a grandes alturas por aspas cuyo diámetro puede llegar a los 80 metros. Esos molinos contra los que luchaba nuestro Don Quijote (porque es de cada uno de nosotros) ha devenido de gigante maligno raptor de princesas, en salvador de los campos y las personas, con tan solo 400 años de progreso.
Resulta como poco irónico, que pasados tantos años y tras tan ingentes e increíbles cambios en nuestro mundo, en nuestras sociedades y en nuestras culturas, sea en los molinos de viento en que todos pongamos nuestras esperanzas de un nuevo amanecer, y de un mundo capaz de ser mejor y sostenerse por si mismo... La imagen que encabeza la entrada de hoy fue tomada a principios de este 2011, en la zona centro de Cataluña, en un inmenso parque eólico repartido por cientos de kilómetros. Hoy dedicado, una vez más, a las energías renovables, porque en ellas está el futuro para quienes vendrán después de nosotros.
Salud y feliz 2011!
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