jueves, 3 de febrero de 2011

De Faraones, dictadores y la evolución natural de las cosas


Se puede decir, 11 años después, que estamos ahora sí en el Siglo XXI (21). El ultimo año parece haber significado un importante impas entre la edad de la incomunicación, y la nueva era digital, que poco a poco levanta las masas en busca de libertad, cobrada cada vez a un precio más caro.

La actual revolución egipcia son buena prueba de la voluntad del pueblo de sublevarse, por el medio que sea, hacia lo que los occidentales llevamos cerca de un siglo llamando Democracia, y es que poco a poco van cayendo los bastiones de la intolerancia, esos en que un simple mortal puede erigirse como sumo faraón de todo un pueblo, y dirigir intereses comunes al estilo monoteísta, no, no es un error semántico, dichos dictadores con sus secuaces se creen faraones de hace 5.000 años, auténticos dioses todopoderosos capaz de decidir, con la diferencia que dan 5.000 años de evolución natural, ya no buscan poder o grandeza, se conforman con la riqueza saqueada mediante el aislamiento que someten al que se dignan a llamar “su pueblo”. 
Muchos han caído, muchos están cayendo y ojalá muchos (si no todos) caigan tarde o temprano. 

En España habemos buena cuenta de lo que son régimes dictatoriales, pero con la llegada del siglo XXI, la era digital, que no conoce las fronteras, ha cambiado las reglas del juego para dictadores (de izquierdas y de derechas), pueden seguir tratando de mantener a los súbditos de sus regímenes en la edad que tanto les gusta, esa que va comprendida entre la edad feudal y finales del siglo XIX. Lo estamos viendo, lo estamos viviendo, Twitter y Google (por citar las dos más famosas), empresas contemporáneas, empiezan a arraigarse por doquier en todo el mundo, y burdos intentos como el corte de suministro telefónico móvil e internet, o el bloqueo de la prensa internacional, no hacen mas que acrecentar el ingenio de un pueblo sediento de libertades, de derechos y porque no decirlo, de empezar a equipararse a Occidente.
Fue Egipto el gran imperio clásico, y anquilosado parece haberse quedado, se puede hablar de volver atrás en el tiempo cuando se habla de dictadores y tiranos, y por suerte eso empieza a cambiar. El mundo islámico se ha convertido en uno de los últimos baluartes (Junto a países del lejano oriente y Sudamerica) de los regímenes totalitarios, pero poco a poco van e irán cayendo, Túnez, Jordania, Yemen, Sudan, están siendo los primeros, pero sin lugar a dudas no serán los últimos.
Por otro lado, uno oye hablar de Wikileaks, y se hace la pregunta realmente importante: realmente Occidente tiene las manos limpias en todos estos asuntos? La respuesta, como ha demostrado la organización de Julian Assange, es clara y rotunda, NO. También en occidente nos intentan manejar como simples títeres, al fin y al cabo somos nosotros, el pueblo que va a pagar los platos rotos de una crisis generada por la clase política e intereses privados muy cercanos a esta. Levantando la vista algo mas allá de Europa, justo al otro lado del Atlántico se halla “la Gran Potencia”, aquellos que por designios económicos (casi divinos) se han otorgado el grado de “Maestros de las Marionetas”, aquellos que tienen (o creen tener) la potestad de decidir ya no solo por asuntos de sus propios menesteres, si no de menester de todos los demás ciudadanos de este planeta.
Esperemos que revoluciones tan intensas como la de Egipto sumado a las revelaciones de cables por parte de organizaciones como Wikileaks, haga cambiar el chip de aquellos que mandan, ha llegado la hora en que el pueblo tome el mando, y dejemos de ser marionetas de quienes gobiernan, bien por la fuerza o bien por decisión democrática, y que empiecen a ser ellos quienes den la cara por sus pueblos, con total claridad y transparencia, haciendo uso de los referéndums (que para algo se inventaron, sabe usted señora Sinde) y escuchando, porque no a los ciudadanos, que al fin y al cabo, como se viene demostrando, somos además de los interesados, los que deberíamos tener la ultima palabra.
Para cerrar decir que la imagen que inicia esta entrada corresponde a un busto del British Museum de Londres, datada alrededor del 1.250 a.c., probablemente de la dinastía de Ramsés II.

Y no quisiera hoy acabar sin dejar antes una pregunta en el aire, dada la importancia y delicadeza del tema, ¿Que opinas?