Creo que de todos es sabido que siento especial debilidad por el mar, buena prueba de ello son mis entradas al Blog, o mis imágenes de Flickr. Y es que, porque lo voy a negar, después de todo este tiempo, el mar sigue maravillandome y sorprendiendome. Largo y tendido he hablado sobre el mar y las olas, aunque en esta ocasión son otro tipo de Olas las que me llaman, las que se dan mar adentro, esas olas que, aun produciendose a unos metros de la orilla. Son cabalgables, levantan grandes masas de agua a veces a varios metros sobre el nivel del mar, circunstancia utilizada por surferos para disfrute, porque si, las olas son algo mas que motivo de reflexión ecológica, también sirve como fuente inagotable de entretenimiento.
Escuchar caer estas olas sobre la plana superficie del mar, produce un fuerte y vacío golpe, que hace vibrar las fibras del corazón como pocos. Pero para emociones, que decir de entrar bajo una de esas olas, y ser arrastrado revolcado y a veces incluso golpeado contra el suelo.
Para los amantes del deporte de aventura, el consejo sería invitarles a probarlo, es el deporte de acción mas económico que hay, aunque no por ello el menos arriesgado.
Y como no podia faltar, el consejo para caminantes de todo tipo, disfrutad de este fenómeno de la naturaleza, porque a veces, en las cosas mas simples y antiguas de la vida, encontramos la mayor complejidad de las cosas.
Hoy, por estar cerca de la Navidad, os dejo una foto extra en la entrada extendida:
