viernes, 27 de noviembre de 2009

Vestigios

Se puede decir del parón que ha sido por motivos que muchos de vosotros conocereis, asi que hoy, como medida excepcional, va el primer post sin fotografia, pero no sin contenido. Para todos aquellos que teneis imaginación, imagino que todos, algunos mas y otros menos, la foto que tengo preparada para vosotros es magnifica. Por desgracia no he logrado encontrar ningun cable para transferir esas imágenes desde mis retinas al ordenador y publicarlas.

El otro día, para sorpresa mía, al detenerme en un semáforo y girar la vista, me topé con una estampa que no esperaba, y que me hizo reflexionar. Sobre la fabrica de tabaco de Tarragona (levantada en 1923), los tejados están coronados por cuatro Venus, mohosas por el paso del tiempo, de estilo clásico, francamente, no entiendo de arte pero diría que eran de estilo griego (ese que tanto gustaba imitar a los romanos); se recortaban cobre el cielo nublado que amenazaba tormenta, pero arrojando algunos rayos de luz entre las pequeñas rendijas que separan los cúmulos, fue en ese momento en que pensé que ignorantes somos de nuestra propia historia. Caminamos todos día tras día caminos, calles y carreteras que fueron pisadas miles de años antes por personajes de todo tipo de calaña, altas esferas, clases medias-bajas, y demás sujetos, y que sirvieron de semilla de lo que somos hoy en día. Hay veces en que deberíamos (esto es solo un consejo que me doy a mi mismo y comparto con todo aquel que quiera tomarlo) pararnos en un semaforo, un banco, o simplemente levantar la vista del oscuro cemento que se cierne a nuestros pies, y disfrutar del mundo que nos rodea, porque los que pasaron por allí antes que nosotros, nos dejaron regalos muy fáciles y agradables de disfrutar, son esas cuatro Venus viva imagen de ello, un homenaje de nuestros antecedentes mas próximos, a todos aquellos moradores anteriores a ellos, y cuyos mensajes parece haberse perdido con el paso del tiempo. Por eso hoy dedicado a nuestros ancestros, y a nuestra historia, en especial a aquella que se ha olvidado con el paso del tiempo.

Aprovecho para comprometerme, a que tan pronto sea posible, esa imagen será algo mas que una escueta descripción.

viernes, 6 de noviembre de 2009

C'est la vie

Se puede decir, de los parkings, que vienen a ser una alegoría realmente poderosa de la vida. Es algo hoy en día muy común, y que para nada asociamos al transcurrir de la vida. Hoy, parándome a reflexionar he caído, la vida es en si un parking, llegamos un buen día, a veces si tenerlo previsto porque no encontramos ningún otro lugar donde ir a aparcar, una vez dentro intentamos encontrar siempre la mejor plaza, esa que esta al lado de la salida, y si encima nos diera la luz mejor que mejor, permanecemos cerrados, junto con otras vidas, y aunque podamos cambiar mil veces de plaza, para ir acercándonos cada vez mas a la salida, llega un buen día, en que premeditadamente, o de improviso, tenemos que sacara el coche, pagamos el importe debido, y lo abandonamos para nunca jamas regresar. Para los hindúes (y algunas otras religiones orientales) el acceso a los parkings es, sino ilimitado, algo superior al de los cristianos, que solo tenemos derecho a un acceso, aunque por otra parte, a la salida, y según lo bien que hayamos aparcado, accedemos directamente a una amplia e iluminada autopista (el cielo por si a alguien le quedaban dudas).


Al igual que en la vida, en los parkings el desembolso económico va directamente ligado al tiempo que permanezcamos en el, así que hoy un consejo para todos, mas vale deshacernos hasta del ultimo centavo, y disfrutar junto a los nuestros de cada uno de los minutos que pasamos juntos, porque a la salida, haya o no vuelta atrás, es mejor llevarse el mejor de los recuerdos de este parking que es la vida.