viernes, 9 de noviembre de 2012

Vuelta al trabajo, mirando hacia dentro


Ha pasado más de un año y medio desde mí ultima entrada en este rinconcito. Cosas de la vida me han llevado en este tiempo a mover mi domicilio, cambiar mi estado civil, y hasta modificar la estructura de mi familia, al menos de mi familia política.

Vuelvo con la intención de avanzar en mis disertaciones sobre la vida, o sobre lo que sea, al fin y al cabo ese era el objetivo inicial de este blog. Así pues, tras tanto tiempo, tantos palos, tantas alegrías y decepciones, seguimos:

Uno, al salir del huevo, no puede evitar pensar que la vida es algo de color de rosa, el cine y gran parte de la literatura así parece que nos lo quiere hacer creer, pero el camino no es una hermosa y llana pista de atletismo, a menos no de esas adaptadas a la velocidad, más bien puestos a hacer paralelismos, podríamos compararlo con un maratón, subidas, bajadas, baches, socavones, raíces, charcos y por que negar lo evidente, llanos tramos despejados y soleados por los que da gusto caminar. Los que me conocen saben de primera mano, respecto a mi persona, que soy una persona negativa y depresiva, pero el hecho de que me deje afectar por casi todo, no implica para nada que no me guste deleitarme en la luz, esa que encuentras al salir del túnel.

No quisiera hacer de este rincón, para nada, un cuaderno de bitácoras de lo que ocurre en mi vida, pero hoy en parte quería hablar de mi mismo, creo que después de todo este tiempo, no esta de mas hablar de mi mismo. En este tiempo he pasado la que sin duda ha sido la parte más ardua del camino que llevo recorrido hasta el momento. Pensaba antiguamente, que avanzar significaba seguir adelante con los ojos cerrados, sin saber que vendría, estaba equivocado, avanzar significaba abrir bien los ojos, mirar a los lados, decidir a que agarrarte, y poner un pie delante del otro, con orden, sin prisa y sin pausa. Los que me conocéis también sabréis de mi que soy mister alegoría, así que dejando de lado este inciso, sigo con mi cuento breve.
Ahora viene a mi memoria un libro, de esos que encontraríais en la sección de "Autoayuda / psicología", llamado Quien se ha llevado mi queso (Who moved my cheese); dicho libro trata sobre como afrontar los cambios de manera positiva, como tirar hacia delante cuando no ves una salida posible, o mas bien digamos, como salir adelante cuando crees estar en un callejón sin salida. El libro te muestra, a través de la historia de 2 ratones en un laberinto, como uno de ellos consigue evolucionar, dejar de lado los recuerdos del pasado y avanzar, mientras que su hermano se queda en el camino.
En todo este tiempo he tenido que tomar muchas decisiones, muchas de ellas se podrían catalogar como lo siguiente a difícil, decisiones que han dolido, decisiones que han hecho dar a mi vida un cambio de 180º, decisiones que han acarreado la perdida de pequeñas o grandes cosas implícitas a todo aquello que he dejado de lado voluntariamente, en resumidas cuentas, he cambiado de vida.
El cambio ha sido muy duro, un largo camino, que por mucho que me niegue a reconocer, no ha acabado todavía, siguen esas pequeñas reminiscencias en mi cabeza que me hacen añorar algunas cosas del pasado, pero cuando afloran, con mayor o menor dificultad, me digo algo que he aprendido en este tiempo, que el pasado nunca vuelve (no puede ni debe volver) y que si realmente quieres sonreír con los siguientes pasos que dar en tu vida, debes mirar adelante, y olvidar todo lo que creías saber o conocer.

Hay una máxima, muy típica, tópica me atrevería a decir, que reza "La gente no cambia" y puesto a clamarle a los cielos, porque no decir lo que opino, una mentira como una catedral. La gente cambia, cambia cada día, a cada segundo, al fin y al cabo estamos diseñados para evolucionar y es por ello que cambiamos constantemente. Esa podría decir que es una de las reminiscencias que queda de mi pasado, he aprendido que yo he cambiado y puedo seguir cambiando, pero una parte de mi es incapaz de aprender / asumir que la gente que me rodea, esos que son más cercanos, cambian también. Los viejos fantasmas siempre acaban volviendo, unos miedos irracionales, tal vez he dejado de creer por completo en la especie humana y por eso me cuesta creer sus palabras? Tan solo espero, hablando en mi propia introspección, que esos pequeños rinconcitos de mi cerebro que se niegan a creer las cosas, acostumbrados a escuchar mentiras, se dejen llevar y las crean como las verdades que son.

Antes de cerrar este "Back to work" no quisiera olvidarme de compartir una cosa que también he aprendido en este tiempo, algo que debido a su importancia para mí, he llegado a tatuarme en la piel para no olvidarlo por muy oscura que sea la noche; la frase reza "Entre el dolor y la nada, elegí el dolor", y así es amigos, como después de todo este tiempo puedo decir que creo haber elegido el camino que consideraba mejor, elegí el dolor, fue intenso, imborrable, pero no soportaba la idea de resignarme a la nada, la conozco demasiado bien para dejarme llevar allí de nuevo.

Ahora si ha llegado el momento de la despedida, un hasta pronto, un hasta el siguiente paso en el camino. Allí nos vemos, espero que la próxima vez que me encierre en este rincón pueda decir orgulloso, cosa que aun no puedo decir, "Soy libre de mi propia mente temerosa".

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